lunes, marzo 24, 2008

Marsias: amistad en la literatura


Lunes, 24 de marzo de 2008, Periódico Por Esto!

José Díaz Cervera

A mediados de febrero de 2004, en compañía de un grupo de jóvenes universitarios de la Ciudad de Mérida, comenzamos una saludable experiencia de trabajo intelectual, reuniéndonos los sábados en un céntrico café de la capital yucateca para reflexionar sobre la cultura contemporánea, teniendo como eje de nuestras discusiones la literatura y las circunstancias de su ejercicio. Fue así como, finalmente, se constituyó una especie de confraternidad que poco a poco ha venido dando frutos, siempre tratando de mantener un pensamiento independiente y respetando las individualidades de cada uno de los miembros del grupo.
Para honrar esta distancia con respecto de cualquier oficialismo, el grupo se hizo llamar Marsias (el personaje mítico que desafió a Apolo y lo derrotó ante las musas), y es así como en el 2005, a través de una obra colectiva en la que participaron Aracelly Guerrero, Manuel Tejada, Karla Marrufo, Tomás Ramos y Agustín Abreu, se obtuvo un lugar en el certamen de publicaciones del Ayuntamiento de Mérida, con el poemario “El éter de las esferas”. Actualmente, aparte de los poetas ya mencionados, en Marsias participan también el joven narrador chetumaleño José Castillo Baeza, así como el ensayista Raúl Pérez y la poetisa Nadia Escalante, además de Manuel Iris, quien ha sido un miembro central y excéntrico de la cofradía.

Marsias no es un taller literario, dado que entre sus principios generales se ha desechado la idea de ver en la literatura un simple objeto artesanal; este grupo se ha propuesto estar ética y estéticamente a la altura de su tiempo y de sus circunstancias, y para lograrlo ha tratado de convertir el oficio solitario de escribir en un ejercicio solidario de reflexión y análisis. Este grupo se ha preocupado por adquirir una sólida cultura literaria, sistematizando la lectura de la gran poesía del Siglo XX y reflexionando en torno a sus alcances y tratar, sobre todo, de entender el hecho literario (antes que cualquier otra cosa) como un fenómeno estético.
Dado, sin embargo, que Marsias no es, como ya se dijo, un taller literario, la reflexión sobre la cultura emprendida por el grupo comprende las diversas circunstancias de la vida de nuestros tiempos, y en ella se ponderan asuntos como la política, la ciencia, la filosofía, el lenguaje, la globalización, la ética, la música, el cine, la televisión, etc. Los miembros de Marsias tenemos diferentes ideologías y religiones; no nos identificamos con ningún partido en particular ni consideramos que ello sea necesario en la actualidad (lo cual no implica ninguna indiferencia social), en la medida en que pensamos que lo político debe supeditarse a lo ético. Asimismo, el grupo tiene un abanico muy diverso de gustos literarios que van del Arcipreste de Hita a Rilke, lo mismo que de Góngora a Elytis.
En cuanto al trabajo estrictamente creativo, Marsias trata de inculcar entre sus miembros “buenas maneras” literarias: un oído fino, un conocimiento riguroso de la gramática (para saber cómo y por dónde perderle el respeto) y, sobre todo, conciencia discursiva para que el escritor reconozca todos los recursos que la literatura pone en juego para construir significación. En Marsias no se hacen poemas ni cuentos, se juega con los símbolos y con la sonoridad, llevando la gramática al límite; este juego permite mucho más que la simple catarsis y regala a los miembros del grupo la posibilidad de ir entendiendo su tiempo para expresarlo.
Marsias se ha propuesto hacer un trabajo de largo plazo, sobrio pero apasionado, riguroso, sin concesiones con el preciosismo insustancial ni con el tremendismo vacuo, lejos del oropel, crítico y auto-crítico; inconforme, en términos generales, con la historia literaria local (como cualquier grupo que esté buscando sus caminos) pero respetuoso de ella; ajeno a cualquier atisbo de regionalismo, pero profundamente comprometido con esta tierra. Marsias no busca competir con otros grupos literarios porque es menos que un grupo literario y mucho más que un grupo de amigos que se juntan alrededor de la literatura; por ello, a esta tertulia se llega solamente a través de una invitación expresa de alguno de sus miembros, ya que cada uno de ellos es garante de la armonía de la colectividad.
No vale la pena hablar de los logros conseguidos por el grupo en estos cuatro años, en Marsias importa mucho más el porvenir que lo pasado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Marsias Vive, Kabrones!!!!

Manuel Iris dijo...

Marsias Vive chingada madre!!! Mis abrazos a todos.

Anónimo dijo...

"Marsias no busca competir con otros grupos literarios porque es menos que un grupo literario y mucho más que un grupo de amigos que se juntan alrededor de la literatura" Ah, y de nuevo a las cosas entrañables.
Besos, pelani.

Lulú dijo...

¿Tú, qué? Dale, hiji, no seas huevón, y REagrégame. Te kellogs. Besos.

Concierto para cuatro cuerdas dijo...

ta shido. hacen buenas fiestas. ùltimamente he asistido a fiestas muy emo...