lunes, diciembre 22, 2008

La manipulación literaria

Escribir Profundamente
 
Por Tomás Ramos Rodríguez

La ofensa más terrible de los mediocres en la literatura es decir que una persona “tal o cual” no tiene su perfil de escritor. Que este “tal o cual” con una sensibilidad en potencial desarrollo no le “convence”; no autorizan el camino artístico elegido por el principiante negándole su carácter de futuro interpretador social. Las personas libres de estos condicionamientos viven fuera del miedo a reflexionar en sus errores observando su interior, haciendo un trabajo de la más alta calidad manifestándose con un grácil acto creativo.

Escribir es un intenso ejercicio de reflexión para estar más cerca de nuestro entorno, acercándonos a nuestra sociedad. Quien escribe desde los océanos inagotables de su interior libre de condicionamientos estéticos, lo hace como un acto revolucionario de sacudimiento de sus arquetipos más profundos produciendo un cisma en los fundamentos de lo mediocre.

Quien verdaderamente crea estéticamente lo hace también hablando de los padecimientos sociales que le consternan. Cuando creamos escritura acerca de nuestro pueblo forjamos estructuras hablando de quien más sufre y también de quien más goza. Los semejantes que conviven con el artista también viven su mismo tiempo histórico; es por eso que tienen sentimientos similares. La escritura estética nos sirve para acercarnos a nuestro prójimo, no para alejarnos de él. Este acercamiento produce una comunicación que fractura los dispositivos de la ignorancia donde establecemos un diálogo con los orígenes de los mecanismos de quienes manipulan el poder.

Reflexionar sobre este proceso es un acto de verdadera libertad. La lectura es un acto de sensibilización que nos hace reconstruir nuestra conciencia para emprender un viaje hacia el entendimiento de nosotros mismos.


Las diversas literaturas nos hablan de los gustos contenidos en la sociedad. El oficio de escribir normalmente está regulado por seres sedientos de autoridad que desean utilizar este medio como un sistema de control que los posicione como “especialistas” del arte. La imposición de la literatura culta, conservadora y costumbrista, solo devela los intereses perversos a la orden del día.

La necesidad de reconocimiento pesa mucho hoy en quienes quieren obtener un puesto político frente a quienes están en el poder. La lambisconería en forma de artículos revestidos de “intelectualidad” no pasa de ser una verborrea indignante, porque se escribe “crítica” políticamente correcta para quedar bien con el poder. La educación y el arte son de esta manera manipuladas por “intelectuales” que abogan por el silencio de las voces literarias jóvenes escribiendo desde su conveniencia personal y no con un compromiso al fomento de una educación digna; siendo este un espectro más de los intereses oscuros de la perversidad.

La literatura es el habla de un pueblo trascendida a una forma estética que expresa los modos del ser de sociedades enteras comunicándose unas con otras. Nuestra sociedad está compuesta por infinitos sistemas discursivos.

Los círculos artísticos que se autonombran como expertos, evidenciando una gran necesidad de reconocimiento, son un fraude. En esa búsqueda de autoridad pretenden legalizarse abusando de los jóvenes, posicionándose como voceros únicos del “conocimiento” artístico, con mecanismos de poder caducos que siguen pensando como novedosos evidenciando su retraso y su total ignorancia de la realidad, además de una visión ensimismada y desconectada de su entorno social.

El ignorante no puede darse cuenta de esto a pesar de su “exquisita” educación y “refinado” conocimiento. Ante el público se hace al desentendido y en la intimidad sufre cuando su imagen no se refleja en los espejos. Esta ausencia de diálogo con él mismo solamente evidencia su extravío en el abismo de su circunstancia, siendo expulsado para siempre de las mentes creativas que lo han dejado atrás girando en la espiral de su aislamiento, su soberbia y su “cordura”. 

Diciembre 20, 2008. Diario Por Esto!


sábado, noviembre 29, 2008

Incendiarse


Escribir Profundamente

Tomás Ramos

Los escritores olvidan el secreto de musicalizar, de parafrasear esas esencias que se encuentran dentro de nosotros y que posponemos por tanta preocupación diaria. Esta enajenación es culpable de obstruir los espacios interiores que deben sensibilizarse al punto de poder escuchar ese leve susurro, la pequeña voz que desde adentro nos dice que somos únicos e impredecibles. La observación de nuestra soledad y entenderla como un proceso que nos acerca a la gente, es una artística manera de comprender nuestra cotidianeidad para reencontrarnos con la belleza; como explicó anteriormente Rodrigo E. Ordóñez Sosa en su artículo en la sección cultural de POR ESTO!

La observación inicia el fuego de un incendio interior que me recuerda en Ciudad Juárez mis días en Mérida, segundos de esa fina arena nuestra filtrándose por la evocación de estar contigo. En nuestros recuerdos se revelan las imágenes de una vida que añoramos, que tuvimos o hubiéramos querido tener cuando se la conversamos a alguien que no conocemos. Cuando hablamos de esta vida que no fue, borramos los momentos dolorosos; al verbalizar omitimos los hechos verdaderos. Mentimos, imaginamos, inventamos: creamos lenguaje dotándolo de vida autónoma.

Regresar al pasado nos da sentido en el presente. La memoria vive un solo tiempo que es presente, pasado y futuro. Tal como entendiera Reinaldo Arenas en la lectura que le hizo a Octavio Paz y después citó en la novela Otra vez, el mar, “La memoria es un presente que nunca termina de pasar”.

Mi secreta esencia me dice que quizá amarte sea la condición profunda en que el secreto toca nuestras manos, para decir que en la vida todo se puede, pues al caminar por las calles de Ciudad Juárez y al sujetarme de tu mano, con tu aliento cálido en el frío desolador de la violencia, somos esa silueta nocturna que al abrazarse para protegerse es observada por otra pareja en otra ventana frente a nuestro edificio. Que no hay palabras que se quedaron sueltas, ni tampoco minutos desperdiciados. Encontrarnos es tan sólo este secreto; el abrazo o el beso que marcarán la próxima ocasión de otro instante como este, nuestro, de nadie más, tuyo, mío, tuyo y mío, aunque por esencia nos pertenezcamos.

Podemos ver como se insiste en los mismos temas y símbolos desde que el hombre escribe. La muerte, el amor y la soledad. ¿Cuántas veces no vuelven como temas literarios? En la literatura hay que saber narrar la tensión de un hombre con su destino. Recordemos el conflicto entre dioses y mortales en La Ilíada, cuando Aquiles llora la muerte de Patroclo por culpa de la intervención divina del despreciable Apolo para despojarlo de sus armas en el intento del Crónida Zeus de darle la victoria a los Troyanos y su protegido predilecto, el domador de caballos Héctor. Quien termina siendo un despojo humano arrastrado por la carroza de Aquiles, el guerrero aqueo de los pies más veloces.

La literatura busca en su interpretación estética dialogar en esa tensión del hombre con la trascendencia, y consigue la redención del individuo así como la redención de todo un pueblo. Esto hace sentir a quien escribe, quien encarna la voz de una mayoría y un tiempo histórico, con un lugar en el mundo además de un compromiso con su sociedad para estar menos solo en su conflicto y su quijotesca “locura”. Y así finalmente aspiremos, y quizá también podamos, ganarles no la guerra pero sí arrancarle alguna batalla a los demonios y a los dioses.

Noviembre 29, 2008. Diario Por Esto!

miércoles, noviembre 12, 2008

El acto de la lectura

Escribir profundamente

Por Tomás Ramos Rodríguez

La literatura cumple la finalidad de tocarnos profundamente para transformarnos. El poema que no logra “tocar” nuestro interior no cumple la capacidad de comunicar un mensaje. Es decir, no cumple con la tarea de hacernos evocar una vida que no poseemos -y desde luego añoramos- porque no la hemos poseído. Los delirios y terrores, acosos y persecuciones, se depositan de igual manera en el texto que el autor estéticamente busca plasmar para abrirnos un camino –universo- de posibilidades, sin que éstas tengan que cumplirse, a quien lee, el lector, que es el eterno ser en la perpetua necesidad y búsqueda de sí mismo por medio de la interpretación que ha hecho otra persona de la realidad, el autor, quien es el que configura un mundo de ficción para restituir lo que siente que hace falta –y no existe- en la realidad. La literatura es una excelente arma para abatir la depresión, pues restituye los mundos y necesidades humanas que una persona deprimida dice experimentar.

Leer nos transporta por ejemplo, a un mundo que no conocemos, que no hemos odiado pero que podemos llegar a odiar a través de la construcción de un discurso de verosimilitud por un autor. Leer es ofrecerse libremente a un mar desconocido y salvaje, que conlleva en sí mismo el acto de libertad. El autor promete ser el canoero, el Caronte que nos transporta hacia el Hades, buscando un ritmo y la verosimilitud que desarticule con el lenguaje estético nuestra realidad para entregarnos a una más intensa, -por lo tanto más humana en este mundo mecánico e intrascendente del capitalismo- donde se nos enseña desde la temprana etapa del crecimiento a disimular y controlar “nuestras emociones”-.

Un mundo menos detestable nace, y el lector puede encontrar una tregua a las frustraciones que la vida cotidiana lleva consigo. Entregarnos a la lectura de un buen libro de literatura puede ser el vehículo que nos lleve en un radical acto de libertad para sacudir las estructuras de nuestra mediocridad a las que la sociedad de consumo nos educa desde el momento de crecer.

Poder aislarme de las demás personas, con una buena novela, digamos La insoportable levedad del ser de Milán Kundera, con un café a mi lado, una libreta y bolígrafo para apuntar las partes que más me transformen, es un acto de radical libertad tomando en cuenta el conflicto actual del ser humano entre el tener y el ser, en donde cada minuto de mi día y de mi tiempo debe ser enfocado a la producción y sobreproducción con la cosificación de mi persona, con mi mano de obra y mi trabajo intelectual para acumular la mayor cantidad de dinero y bienes materiales posibles, aunque al final del día termine sintiéndome profundamente vacío y en un estado de total depresión.

Mi acción transformadora inicia desde el momento en que puedo aceptar que no es necesario vivir con la sobreproducción material que consume y destruye nuestra actual sociedad, nuestro Estado, nuestro país, nuestro planeta. Recordemos la enorme polémica actual que existe sobre el petróleo para continuar la explotación de un recurso natural no renovable tan sólo para continuar la supervivencia de un sistema de consumo injusto que no hace más que depredar nuestra naturaleza y por lo tanto acelera la destrucción de la humanidad.

Las múltiples reflexiones sobre mi entorno surgen tan sólo entre el tránsito de una lectura hacia otra; seres que piensan, seres que se transforman, seres que se liberan de las cadenas de la destrucción al liberarse de la mediocridad. La lectura nos lleva a la construcción de una mejor sociedad con una más alta y mejor calidad de vida. Nos lleva a la construcción de una realidad tan fascinante donde la libertad de nuestra imaginación nos arrastra en un andar desbocado, profundamente deslumbrante, donde nuestros sentidos se abren a lo que antes pasaba desapercibido ante nuestros ojos siendo un acto transformador más que un acto de evasión donde el alivio dure, mientras siga el entretenimiento fugaz de la televisión y demás distractores de nuestra conciencia. Quizá sea el estado más cercano a la trascendencia que Nietzsche tanto nos insistió en su construcción de Superhombre.

La realización, el verdadero acto revolucionario de la transformación humana, se encuentra al alcance de nuestra mano en cualquier momento, tiempo o lugar, al alcance de nosotros en cualquier instante siempre y cuando tengamos la pertinencia de poder sentirlo, intuirlo, dejarlo salir, escucharlo.

Noviembre 11, 2008. Diario Por Esto!

domingo, noviembre 02, 2008

Rechazo la poesía panfletaria y vacía: Fernández Retamar

 

El escritor cubano Roberto Fernández Retamar durante su visita a la ciudad de México. Foto: Víctor Camacho.

Obama despierta una leve esperanza en Cuba si es coherente con planteamientos de campaña.

Por: Arturo Jiménez.

Con razones históricas de sobra para no albergar muchas esperanzas respecto a los resultados de los procesos electorales estadunidenses, esta ocasión, sin embargo, la posibilidad real de que el triunfador de los comicios de este 4 de noviembre sea el candidato demócrata, Barack Obama, parece despertar un mayor interés en Cuba. Al menos así se infiere de las apreciaciones del poeta habanero Roberto Fernández Retamar (1930), presidente de la Casa de las Américas y quien visita la ciudad de México. Y aunque se considera “amateur en cuestiones políticas” y más bien “un escritor politizado y no un político que escribe”, agrega en entrevista con La Jornada: “Es claro que nuestra esperanza está en que Obama resulte vencedor y que sea coherente con lo que ha planteado durante su campaña, específicamente respecto a Cuba. Ese bloqueo a nuestro país es tan absurdo que tarde o temprano tiene que desaparecer.” El poeta y ensayista se refiere con optimismo al arribo de gobiernos progresistas en la mayoría de los países de América Latina: “Es un nuevo proceso de la unidad latinoamericana. No recuerdo haber vivido nunca un momento tan esperanzador en América Latina como el de ahora.” Al triunfo de la revolución cubana en 1959, el joven Fernández Retamar tenía la opción de dar clases en una universidad estadunidense, pero decidió quedarse en la isla, sobre todo llevado por motivos éticos. “Mi vida hubiera sido distinta sin la revolución”, dice, y agrega: “Yo entendía que el triunfo de la revolución significaba la posibilidad de rehacer el país, y no podía irme en ese momento, debía quedarme, y así lo he hecho durante lo que pronto será medio siglo”. Desde ese fundamento es que comenta sobre la nueva etapa que vive Cuba con el arribo de Raúl Castro como presidente de su país, en sustitución de su hermano Fidel, el líder histórico de la revolución cubana, convaleciente. “El imperialismo había dicho que sin Fidel Castro la revolución cubana se evaporaría, pero no fue así, sino al contrario. Se han tomado medidas de apertura y flexibilización que favorecen cada vez más la vida cotidiana en el país.” El poeta toca además la situación de emergencia que padece la isla luego del paso desastroso, en septiembre, de los huracanes Ike y Gustav, por lo cual, junto con otros intelectuales cubanos, hizo un llamado a intelectuales del mundo para exigir una vez más que se termine el “absurdo” bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba. En la charla no queda fuera el tema fundamental de la literatura, de su poesía y de temas como su amistad con Octavio Paz, la cual comenzó a principios de 1960 y se fue diluyendo con esa década. “Fui muy amigo de Octavio, pero después, como se sabe, criticó mucho a la revolución cubana. Yo tuve relaciones epistolares con él hasta finales de los años 60. Después no volví a tener, por desgracia, relación con él. Asumió posiciones muy negativas hacia la revolución cubana y otros movimientos, como la revolución sandinista.” 

Calibán y el imperialismo 
Fernández Retamar, de quien el año pasado Siglo XXI Editores publicó una Antología personal, que reúne poemas y ensayos, se encuentra en México para participar en el Festival de la Palabra Ciudad de México Centro Histórico, que concluye este domingo y por el cual el jueves, en el Palacio de la Autonomía, dio la conferencia magistral Poesía y crítica en José Martí, y el viernes, en el Claustro de Sor Juana, ofreció un recital. –¿Cómo ha cambiado el imperialismo en los pasados 40 años? (casi los mismos que lleva de publicado su famoso ensayo Calibán. Apuntes sobre la cultura de nuestra América, 1971), se le pregunta en el vestíbulo de un hotel de la calle de Palma, en el Centro Histórico. –De las cosas importantes que ocurrieron de esa fecha hasta ahora está la desaparición del llamado campo socialista europeo. En esa época existía la Unión Soviética y se produjo lo que he llamado el desmerengamiento de los países que se decían socialistas en Europa. Con ello terminó, aparentemente, la guerra fría, que dejó al imperialismo estadunidense como la única superpotencia y, paralelamente, se fue desarrollando en el mundo una presencia muy agresiva del neoliberalismo. “Lo más reciente, que es un cambio notable, es la explosión de la burbuja financiera de Estados Unidos y la gran crisis económica que está provocando. Creo que el imperialismo no está ahora más fuerte que entonces, sino más débil. Esto no quiere decir que vaya a desaparecer mañana. En relación con el ensayo Caliban, cuando se escribió expresaba la llamada dicotomía entre el norte y el sur, la cual ha acabado por agravarse. Al desaparecer el campo socialista europeo se enfrentan hoy en día, de manera muy clara, el norte y el sur.” Fernández Retamar se refiere a los procesos de cambio en América Latina. “Se están dando acontecimientos muy trascendentes, como la Venezuela bolivariana, Ecuador con Correa y Bolivia con Evo Morales, quien introduce además el factor indígena, que antes no era protagonista.” De manera que el imperialismo, que parecía “fortísimo” entre 1989 y 1991, con la caída del bloque soviético, ahora no lo parece. Y agrega que, a diferencia de hace casi 50 años, cuando en América Latina sólo México mantenía relaciones con Cuba, ahora hay nexos políticos y comerciales con prácticamente todas las naciones, con excepción de El Salvador. “Esa diferencia es abismal, es un cambio impresionante”. –¿Cómo observa los diferentes proyectos de la izquierda en el poder en los países de América Latina, por ejemplo el de Venezuela, Brasil, Chile o Bolivia? –Hay diferencias, desde luego, pero lo importante no son tanto las diferencias como las similitudes o las metas comunes que se plantean. No son distintas de las metas de, por ejemplo, el Che. Hoy en día, aquella meta famosa que planteó el Che: crear dos, tres, 15 Vietnam, ya no se está haciendo por la vía de las guerrillas, sino por la de las elecciones. Es un fenómeno interesantísimo: esas elecciones, proyectadas para el triunfo de la oligarquía, están siendo el camino por el cual los pueblos están haciendo sus cambios.” –Marx planteaba que las condiciones de cambio se generan dentro de la misma sociedad capitalista. ¿En este caso sería potencializar las posibilidades de la democracia formal? –Claro. Marx hablaba del viejo topo de la historia: nadie sabe por dónde va a salir. Hace 15 años no se podía prever una América Latina como la que estamos viviendo ahora. El viejo topo de la historia de Marx estuvo trabajando. Y a propósito de Marx, leí un cable que informa que se están vendiendo cuantiosamente sus libros de nuevo. Parece que Marx, quien nunca estuvo ausente, regresa con mucha fuerza, precisamente a raíz de esta crisis económica del capitalismo. 

Facilitar la vida cotidiana 
–¿Hacia dónde va Cuba en esta nueva etapa, con Raúl Castro al frente? –Creo que Cuba va a una profundización de sus procesos revolucionarios, que significará tomar determinadas medidas, como las que ya se han tomado, para facilitar, pudiéramos decir, la vida cotidiana en el país. –Hay razones históricas para que en Cuba no se generen muchas expectativas respecto a los procesos electorales en Estados Unidos, pero parece que ahora no son unas elecciones comunes y que allá se están enfrentando dos proyectos distintos de nación. ¿Cómo percibe ese proceso en general y la figura de Barack Obama en particular? –Lo que se va a escoger el próximo martes no es una alternativa entre capitalismo y otra cosa. Se va a elegir al presidente del imperio. Ahora, es evidente que hay matices. No es lo mismo Bush que Clinton, u Obama que McCain. Para los que vivimos en este continente, es claro que nuestra esperanza está en que Obama resulte vencedor y que sea coherente con lo que ha planteado en su campaña, específicamente respecto a Cuba. Ese bloqueo a mi país es tan absurdo que tarde o temprano tiene que desaparecer. Sería magnífico que con Obama en la presidencia se diera un paso en ese sentido. –El año pasado la editorial Siglo XXI publicó su Antología personal, una selección hecha por usted de poemas y ensayos. ¿Ha cambiado la visión del poeta de lo que son las letras en este más de medio siglo o es una sólo línea? –No, no es ni puede serlo. Empecé a escribir poemas a los 15 años, en 1945, y a publicarlos en 1950: han pasado 58 años. Y Fernández Retamar hace un recuento de sus primeros y siguientes libros, de su paso por la fundamental revista Orígenes, que dirigía José Lezama Lima, de la publicación en México de varios de sus títulos, de su conocido poema El otro, escrito en 1959, al triunfo de la Revolución cubana, de su amistad con Octavio Paz, a quien conoció en París y cuya relación después se fue diluyendo. Retoma el asunto de su poesía: “Poco a poco me fui acercando a una poesía más conversacional, más hija del habla de todos los días. Es evidente que en todos esos años nadie, a no ser que estuviera hecho de piedra, permanece igual.” –Pero en términos formales y temáticos, ¿que pasó?–Diría que fui saliendo de una poesía muy preocupada por las cuestiones formales, a una poesía más libre, más humana, más integral, incluso más hija del coloquio. Pero siempre sorprendido e impresionado por la extrañeza de la existencia. Eso adquirió ciertas características al triunfo de la revolución. A los problemas existenciales que todos experimentamos, se sumó el desafío intelectual que era esa gran revolución que estaba ocurriendo ante nosotros y en nosotros. Y la poesía intentó hacerse cargo de ella. Aunque siempre he rechazado la poesía consignista, la poesía panfletaria, la poesía que repite frases vacías, y en las que espero no haber incurrido nunca.

Tomado de:


La experiencia chicana en la revista Casa



Roberto Fernández Retamar y Rafael Hernández




Número 252 de la revista Casa de las Américas


Presentado el número 252 de la revista Casa de las Américas

El número 252 de la revista Casa de las Américas, dedicado a la presencia chicana, fue puesto a consideración del público este 30 de septiembre, a las 4 de la tarde, en la Sala Manuel Galich de la institución habanera. Su presidente, Roberto Fernández Retamar, dio la bienvenida a Rafael Hernández, director de la revista Temas y autor “de varios libros de imprescindible lectura para quienes deseen conocer más sobre el pensamiento y la cultura cubanos”, quien tuvo a su cargo la presentación.
El destacado intelectual elogió la trayectoria de la revista, a la cual calificó de “motivo de inspiración para varias generaciones de intelectuales en América Latina, Cuba y otras partes del mundo”. Asimismo, apuntó que representa “un esfuerzo mantenido de creación intelectual”, y constituye “un vaso comunicante con la cultura y las ideas de América Latina y el Caribe”.
A propósito del número 252, destacó la labor del editor invitado Spencer R. Herrera, quien reunió textos que “tienen la virtud de mostrarnos aspectos clave del pensamiento y la cultura chicana contemporánea”, y ponderó el alto nivel conceptual, la calidad y la fineza teórica de los ensayos incluidos en esta entrega.
Los trabajos publicados, subrayó, “hablan de una dinámica multicultural que es característica de la experiencia chicana”. Comentó que otro aspecto que destaca es la combinación orgánica de los ensayos de referencia y monográficos con las obras literarias reproducidas y las fotografías, de Robert Kaiser, que contribuyen a darle una imagen interesante y provocativa a la temática tratada.
Se refirió, asimismo, a la magnitud y el rigor del trabajo de traducción. Ello es especialmente importante si se tiene en cuenta que la literatura chicana está escrita en inglés, pero con términos nacidos de la experiencia de ser chicano. “Es una creación de esa sociedad, esa cultura, que tiene que ver con estar en la frontera de dos grandes polos: América Latina y los Estados Unidos”, subrayó.
En un recorrido por las secciones de la revista, destacó los textos de Juan Bruce-Novoa, Spencer R. Herrera y Paul Guajardo, incluidos en “Hechos e Ideas”. Sobre el primero dijo que cuestiona la homogeneidad de la identidad chicana. Acerca de los de Herrera y Guajardo, señaló que tienen como denominador común el tratamiento de la figura del escritor Richard Rodriguez, presentado como ejemplo de intelectual hijo de padres chicanos “con lo que Antonio Gramsci definiría como mala conciencia”.
Específicamente, el de Guajardo pone de relieve las contradicciones de Rodriguez, reflejo de las de la cultura chicana, sus conflictos, incongruencias, derivados también de la experiencia de ser chicano.
A continuación hizo referencia a los textos de Miguel López sobre “La globalización y el gesto canibalesco en The Rag Doll Plagues, de Alejandro Morales”; de Mónica F. Torres, quien propone una deconstrucción del documental El diablo nunca duerme, de Lourdes Portillo, y de Jesús Rosales, acerca de los cuentos de Rosaura Sánchez, autora que escribe en español “en un mundo culturalmente articulado en inglés”.
Todos ellos se adentran desde diversas aristas en la heterogeneidad del ser chicano, las dificultades que entraña el hecho de pertenecer a un lugar en la frontera de dos culturas muy distintas, y su reflejo en las expresiones artístico-literarias.
También puso de relieve el acercamiento de José David Saldívar a la obra de Américo Paredes, autor chicano que fue reportero de prensa de los Estados Unidos durante la guerra del Pacífico, texto con el que cierra la sección “Hechos e Ideas”.
Del espacio que la revista Casa de las Américas dedica a las “Letras”, Rafael Hernández destacó los ensayos autobiográficos de Richard Rodríguez y Rolando Hinojosa Smith, y entre los textos poéticos, el presentador quiso compartir con los asistentes “Cabrona con corazón”, de Ana Castillo.
Las “Páginas salvadas” del número 252 contienen los artículos que la reportera norteamericana Josephine Herbst, de la revista The New Masses, publicara entre los años 1934 y 1935 sobre la región cubana de Realengo 18. El director de Temas resaltó la inclusión de estos materiales, seleccionados por Peter Hulme, y apuntó que “en publicaciones norteamericanas de diversa índole hay, a lo largo de los años, representaciones de Cuba, y sería interesante indagar cuánto hemos contribuido a esas visiones”.
En otro momento de su presentación, Hernández elogió la calidad, profundidad e interés de las reseñas bibliográficas que se publican tradicionalmente en Casa, y que en este número se dedican, entre otros temas, a los libros Razón, mito y pensamiento revolucionario, de Franz Hinkelammert (por Jorge Luis Acanda), Antología de ensayos de Beatriz Maggi, de próxima aparición (por Luis Álvarez Álvarez) e Historia del diseño en América Latina y el Caribe, extraordinario compendio del trayecto de esa manifestación en nuestra región (por Adelaida de Juan).
Por último, se refirió a la inclusión en la sección “Al pie de la letra” de sendos textos dedicados al centenario de Salvador Allende, “figura vital en la historia y el pensamiento de América Latina que, lejos de lo que pudiera pensarse, es muy poco conocido”, y a los ochenta años de Ernesto Che Guevara.
“Para ser un solo número de Casa, y a pesar de que nos tiene acostumbrados a abrir y revelarnos asuntos de interés muy especial, es una revista que se puede leer desde la primera hasta la última página”, apuntó Rafael Hernández, antes de destacar, una vez más, la calidad de la labor editorial.

jueves, octubre 09, 2008

Charles Bukowski


Abraza la oscuridad


La confusión es el dios

la locura es el dios


la paz permanente de la vida

es la paz permanente de la muerte.


La agonía puede matar

o puede sustentar la vida

pero la paz es siempre horrible

la paz es la peor cosa

caminando

hablando

sonriendo

pareciendo ser.


No olvides las aceras,

las putas,

la traición,

el gusano en la manzana,

los bares, las cárceles
,
los suicidios de los amantes.


Aquí en Estados Unidos

hemos asesinado a un presidente y a su hermano,

otro presidente ha tenido que dejar el cargo.

La gente que cree en la política

es como la gente que cree en dios:

sorben aire con pajitas

torcidas

no hay dios


no hay política

no hay paz

no hay amor

no hay control

no hay planes

mantente alejado de dios

permanece angustiado


deslízate.

martes, septiembre 23, 2008

Contemplación


Miro la luz apostillada en las paredes de la tarde, en las casas y edificios de Las Cruces. Sin lentitud, en una respiración acompasada los árboles no acosan; las personas que apenas percato, la gente que vive en una comunidad que se fortalece y que aún no quiere ser llamada metrópoli o gran ciudad. El aire campirano se contagia en las comidas con chile el sábado en que recordamos como ha pasado el tiempo.


Nos quedamos sin el aire; nos quedamos sin la tristeza. Penetramos el misterio de las montañas que desaparecen y regresan a nuestra vista con toda su potencia.


Elegimos.

sábado, septiembre 20, 2008

Charles Bukowski


Cómo ser un gran escritor


tienes que cogerte a muchas mujeres
hermosas mujeres
y escribir algunos poemas decentes de amor.

y no preocuparte por la edad
y/o por los jóvenes talentos

sólo toma más cerveza
más y más cerveza

y ve a las carreras de caballos al menos una vez
a la semana

y si es posible
gana.

aprender a ganar es duro
cualquier imbécil puede ser un buen perdedor.

y no olvides tu Brahms
ni tu Bach ni tu
cerveza.

no hagas mucho ejercicio.

levántate hasta medio día.

evita las tarjetas de crédito
y pagar las cosas a
tiempo.

recuerda que no hay un culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).

y si tienes capacidad para amar
primero ámate a ti mismo
y siempre sé consciente de la posibilidad de
una derrota
aun cuando haya sido
justa.

una probada temprana de muerte no es
necesariamente
algo malo.

mantente lejos de iglesias, bares y museos,
y como la araña
sé paciente
el tiempo es una carga para todos
también lo son
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.

no olvides la cerveza.

la cerveza es sangre que fluye

una amante constante.

consíguete una gran máquina de escribir
y mientras caminas para arriba y para abajo
afuera de tu ventana

dale a esa cosa

dale duro

haz como si fuera una pelea de peso completo

mata al toro antes de que te embista

recuerda a los perros viejos
que pelearon bien:
Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun.

si crees que ellos no se volvieron locos
en sus diminutos cuartos
como tú ahora

sin mujeres
sin comida
sin esperanza

entonces no estás listo.

bebe más cerveza
tienes tiempo.
y si no tienes
no te preocupes
no hay problema.

La Honestidad Literaria


Por: Rodrigo E. Ordóñez Sosa


La literatura es un trabajo artesanal que obliga a sus adeptos a trabajar incontables horas sobre cada enunciado, en cada uno de los versos e ideas generales. La mayoría conoce la desesperación de carecer de las palabras adecuadas para expresar cada uno de nuestros pensamientos, lo cual se multiplica cuando redactas un texto para publicar o para leer ante un auditorio. Sin embargo, este punto es sólo el trabajo técnico de quienes escriben, cada una de nuestras palabras lleva cargada la vitalidad y la historia de las lecturas que el escritor hace a lo largo de su vida.


Generalmente escribimos para conversar a través del diálogo textual con los autores que descansan en el librero o para develar los engranes ocultos de los poemas o novelas, mientras que raras veces “platicamos” sobre los principales motores que mueven a un escritor, como es la honestidad literaria, la cual nos impulsa a mantener una literatura de compromiso hacia nuestros ideales estéticos y sociales.


Una de las claves para descubrir la belleza es la honestidad al momento de escribir, porque la palabra desnuda consciente e inconscientemente los motores que bombean la vena literaria. Uno de los escritores que comprendieron esa idea es Charles Bukowski en El Capitán Salió a Comer y los Marineros Tomaron el Barco, una autobiografía donde están plantados sus últimos días y sus reflexiones en torno a la estética, la literatura y la vida cotidiana. En el libro el autor descubre que pese al esfuerzo por conseguir una casa, un jacuzzi y un automóvil, la desesperación por reproducir la belleza permanece, por eso mismo la necesidad de escribir sobrevive a los embates de la vejez.


La honestidad obliga al escritor a reconocer que camina sobre la tinta de millares de libros, que después de haber leído todos los buenos libros, los próximos no ofrecerán el placer anhelado, por tanto, dice Bukowski, sólo resta empezar a escribirlos. Aunque admitir que nuestro siguiente desamparo literario es tan sólo el primer paso, porque faltaría encontrar la definición de belleza que perseguirían los textos.


Con el tiempo la certeza de haber leído todos los buenos libros crece hasta llegar a convertirse en verdad. Es en ese momento en que debemos reflexionar sobre el tipo de textos que queremos leer y comenzar a escribirlos, sin importar los muros que toda buena literatura debe escalar para sobrevivir.


Gran parte de los valores estéticos que los grandes escritores han forjado dependen de la honestidad al momento de sentarse escribir, de descubrir que las grietas por donde la vena literaria pulsa por salir hacia el papel son novedosos porque un acto de honestidad nos impide plagiarlos y convertirse en una copia más de un autor. Así como Álvaro Mutis devela en la Muerte del Estratega que conoció la desesperanza a través de los textos de Joseph Conrad, Drieu La Rochelle, André Malraux, Malcom Lowry y Fernando Pessoa, con ese primer paso honesto transformó ese conocimiento en algo nuevo, un personaje conocido como Maqroll el Gaviero, donde esas influencias gotean en sus venas sin marcar la cara con la cual deambula en el mundo literario.


Ese acto honesto demostrado por Mutis, es un acto heroico que muchos escritores emprenden y otros deberían de emprender en la actualidad, donde con un sólo clic las ideas y los artículos son plagiados, para lograr que la literatura trascienda. Sin embargo hasta con la honestidad debemos evitar los excesos, como le ocurrió a Joseph K. en la novela el Proceso, y acabemos solicitando un castigo por un crimen que no hemos cometido.

martes, septiembre 16, 2008

Nota


Recordando los días de juerga, mezclados con algún rumor de batalla. Las horas del café interminable, en páginas infinitas en aquella mí Flor de Santiago. Otrora vida que por momentos se percibe irrecuperable en la ilusión que transita por los amigos que desde la distancia, esgrimen sus mejores letras para golpear, al menos hacerle pasar un mal rato a la realidad. Pero entre tanta frialdad, tanto mecanismo, el español empieza a volverse una estructura maleable, que se presta a la experimentación y a transportarlo lejano a sus límites. Tarea casi imposible parar, detenerme ante el tiempo que no deja caminar mis pensamientos. Todo es aprisa, todo es la siguiente clase, todo en un andar que nos lleva hacia la nada. Ante tanto hacer olvidamos cual era el proyecto, quienes eran los amigos, y quienes en la distancia nos olvidan se transfiguran en una silueta que es difícil alcanzar si es que acaso, se reencuentran.

Ante la falta de silencio, el ejercicio. Solamente el compromiso con las letras.

miércoles, julio 30, 2008

De Vicente Quirarte


TRES RETRATOS DE LA LLUVIA



Primero


Para Adriana y Jorge


EN la zona más dura de la noche, cuando el insomnio o el suicida sueñan, la lluvia. Desde sus primeros pasos anuncia la inminencia del diluvio. Sus primeras caricias, labios que en otra boca inician ese lento combate que habrá de concluir en el naufragio, dicen que su canción será larga como esa vía o aquel muro de piedra cuyo final no vemos al fondo de la calle. Súbitamente se cierra, ocupa el último espacio virgen de la atmósfera y se deja caer sobre árboles, plazas, azoteas, con una furia tal que pareciera combatir a todos los veranos, o fuéramos a mirar su rostro por última vez. Y cuando la mano toca el cuerpo elegido para que el amor tome forma en otra carne que es también la nuestra, sentimos, como la ciudad, lavarnos interminablemente, seguros de amanecer con rostro nuevo, dispuestos a combatir aunque sepamos que la derrota es el único premio de los héroes.


segundo


Para Anabel Quitarte


LA lluvia es una niña que anda con pies desnudos por la calle. Puede ser lenta, terrón de azúcar disuelto en la saliva, y entonces es amiga de la ventana abierta. Suele enfurecerse, desafiar al verano y hacer de la ciudad un reino de paraguas. Pero la lluvia siempre es una niña que se retira, cansada, hasta su reino, mientras el sol despliega su abanico y orla de luz las nubes altas, tímida y lenta, por velar su sueño.



tercero


SENTIR la lluvia en la mitad del pecho y luego sentirla filtrarse hasta los huesos. Por la ventana miro una pareja correr por la explanada hasta refugiarse bajo el árbol más enorme. ¿Por qué la vida no tiene siempre tensión de cuerda lista para emitir el sonido más puro, más vital, más propio? Ayer también llovía y sin embargo no abandoné el escritorio –porque esto es una oficina donde una silla, papeles, tu retrato, la taza con residuos de café lleva mi nombre – para mirar al través de la ventana, como el marinero que interrumpe la limpieza de cubierta y asiste una vez más al milagro del solo sobre el océano. Si todos los días la fuerza estuviera con nosotros, ¿valdría la pena escribir una línea más? Que la lluvia continúe la tarde entera. Que la muchacha bajo el árbol olvide sus “no” y de sus labios sólo salgan los “así”, y que cada pecho, cuando la lluvia lave todas las mentiras, sea aquel laúd suspenso que resuene con una sola nota al ser tocado.

martes, julio 22, 2008

Contrapuntos en una sola voz


Martes 15 de Julio de 2008


Para Tomás
,
por las victorias que aún no hemos logrado.



Te espero como se cuentan los días donde la lluvia no llega,

donde las playas se llenan de cordeles,

y prisas reincidentes

sin metas fijas.


Aguardo tu pisada constante

sobre el lado de mi calle que nadie transita,

que solamente atraviesa ahora el sol,

la luna, la tarde desidiosa.


Tus ojos congelan la humedad de mis legañas,

y arrancan cada frunción

de mi semblante que simula.


Apenas escucho tu presencia,

cuando la cama está deshecha

y es momento de dormir.


Entonces me abro a ti,

abrazando con intención,

los morfeicos pedazos

donde me habitas.


Te desnudo hasta el hartazgo

para entender tu entrega retrasada,

pero es hora en que de nuevo

te afecta mi insistencia,

y me rechazas con la luz.


Huyes de Dios;

de las estrellas.


Igual que el tiempo de las horas.


Yo te espero,

sin embargo,

porque no tengo más opción.


Y me quedo así, ansiosa y necia,

aunque esta noche sin horario,

ya no vuelvas.



Tomando del blog de Lulú.

viernes, julio 11, 2008

Por José Carlos Becerra


Para Lulú,

por aquellas derrotas que nos acontecen.



BLUES


No era necesaria una nueva acometida de la soledad

para que lo supiera.

Navegaba la mar por un rumbo desconocido para mis manos.

Donde el amor moró y tuvo reino

queda ya sólo un muro que avasalla la hierba.

Queda una hoja de papel no en blanco

donde está anocheciendo.

Donde goteaba luceros una noche

sobre unos hombros limpios como verdad mostrada,

sólo queda una brisa sin destino.

Donde una mujer fundara un beso,

sólo árboles postrados al invierno.


Y no era necesario decirlo.

El corazón sin que sea una lágrima

puede sombrear las mejillas.


La ventana da a la tristeza.

Apoyo los codos en el pasado y, sin mirar, tu ausencia

me penetra en el pecho para lamer mi corazón.


El aire es una mano que está hojeando mi frente.

Mi frente donde la luna es una inscripción,

una voz esculpiendo su olvido.


Como humo la luna se levanta

de entre las ruinas del atardecer.

Es muy temprano en ese azul sin rostro.

No era necesario enturbiar la soledad

con el polvo de un beso disuelto.

No era necesario

memorizar la noche en una lágrima.


Labios sobrecogidos de olvido,

pulsaciones de un oleaje de mar ya retirándose,

ruido de nubes que el otoño piensa.


Hay lápices en forma de tiempo, vasos de agua

donde el anochecer flota en silencio.

Hay la rama de un árbol como un brazo esculpido

por algún abandono.


Hay miradas y cartas donde la noche

puso en marcha al vacío,

a las frentes que extinguen su remoto color

sobre letras que enlazan señales de viaje.


Aquí está la tarde.

Puede enrolarse en ella quien esté enamorado.

Aquí está la tarde para designar una ausencia.


Suena en mi pecho el mundo

como un árbol ganado por el viento.


No era necesaria la tarde, tampoco este cigarro cuyo humo

puede ser otra mano evaporándose.


Invernará la noche en mi pecho.

No era necesario saberlo.

No tiene importancia.

Espero una carta todavía no escrita

donde el olvido me nombre su heredero.

lunes, julio 07, 2008

“La condición de la esperanza” - Editorial de "Arenas Blancas" No. 9


“La condición de la esperanza”


Presentación de la revista literaria “Arenas Blancas”


Tomás Ramos Rodríguez


Mérida, Yucatán, 1 de julio de 2008.


La condición de la arena, al igual que la del mar, es que por influjo del viento al igual que las olas, regresan con una geografía siempre nueva, en una forma transformada y que se reconfigura a cada instante. Y pensamos que quizá la condición del desierto sea la nostalgia de la arena, el haber sido alguna vez las furiosas entrañas de un mar agitándose en clara contraposición al silencio que las dunas desérticas otorgan a quien vive cobijado en su soledad. Oficio terrible ser arenas del desierto. Donde quizá nuestro destino sea ser una figura permanente sobre la arena.


Es por esto que en Arenas Blancas iniciamos en este número el rescate de algo que consideramos sumamente valioso para nuestro grupo editorial: la presencia indiscutible en nuestras páginas de la vitalidad y figura del Dr. Ricardo Aguilar Melantzón. Siempre acompañándonos, lleno de universo, siempre inundó nuestra inspiración con ese mar de mundo que siempre lo caracterizó y repartía ávidamente en consejos, amistad y palabras, a todos sus alumnos y demás personalidades de las que se rodeaba. La condición de la espuma en la contemplación del mar es la culminación de su fuerza titánica, la transformación de una fuerza descomunal que recorre distancias impensables, a veces imposibles en nuestras imaginaciones y que culmina en una cresta rebosante de vida e infinita hermosura; tal como las enseñanzas nacidas de la inquebrantable voluntad de nuestro querido y hoy ausente profesor Aguilar. El nos dejó con su lucha la exégesis para las generaciones de amigos que transitan por Arenas Blancas: una búsqueda plagada de sal, poblada de forma, llena de lenguaje.


También en este número contamos con la presencia de destacadas personalidades en el ámbito de las letras hispanas en los Estados Unidos. Gracias al apoyo constante del profesor Jesús J. Barquet, contamos con la invaluable presencia de la poetisa Carlota Caulfield, quien nos deja transcurrir en sus poemas por las corrientes iluminadas que desfilan ante sus ojos mientras percibe el sonido de la vida. También, contamos con la presencia poética de Gustavo Pérez-Firmat, espacio de negación, de afirmación en sus versos, la extensión del caimán es la búsqueda y cuestionamiento de algo que afirmamos ligeramente como identidad, cuando en el entremedio, somos y no somos al mismo instante de pensarlo: su poesía el perfecto ejemplo de vivir en las entrañas de algo que apenas alcanzamos a responder, y desconocemos. La prosa ensayística del Dr. Manuel Murrieta, crucial difusor de las letras Chicanas y Mexicanas, en esta ocasión nos entrega un análisis de la novela mexicana del siglo XIX y nos hace un importante señalamiento social desde la literatura. Además de la presencia del especialista en Modernismo, el célebre crítico cubano Ivan Schulman.


Figuras como el destacado profesor Dr. Carlos Bojórquez Urzáiz, co-fundador de la Cátedra Extraordinaria Nuestra América en Yucatán, nos nutre con su visión y apuntes para el debate integracionista e intercultural de José Martí y la comunidad hispana en los Estados Unidos. Otras presencias medulares nos acompañan, como el poeta José Díaz Cervera, quién nos da una muestra de su retórica saludable y vital, con una visión de mundo en plena ebullición, efervescencia, centelleo; por sus palabras recorren las imágenes de la destrucción, del caos, de la luz como tinieblas. Revisitando la poesía de Ramón López Velarde a cargo de la pluma de Daniel Orizaba Doguím de la Universidad de Texas en El Paso; viajando al Buenos Aires fundacional del Jorge Luis Borges ultraísta con Denis Pech Dzib de la Universidad de Montreal; disgregando el tiempo y la tradición en la poesía de Octavio Paz con Roberto Sánchez Benítez; fusionando fronteras con los Árboles o apuntes de viaje de Rosario Sanmiguel como referente a lo más reciente de la literatura del Norte de México; amarizamos en pleno desierto.


Arenas Blancas es pues, un puñado del esfuerzo de los estudiantes de la maestría en español de la Universidad Estatal de Nuevo México, quienes entre el intenso ritmo de trabajo de las clases que imparten como profesores asistentes, y las clases de literatura de la maestría, realizan la manufactura total de las páginas de Arenas Blancas, y es a ellos a quienes quiero hacerles una mención especial y reconocimiento en la intensa tarea de difundir las letras hispanoamericanas en Nuevo México, que es un puente multicultural entre las culturas de los Estados Unidos y América Latina.


Esta noche con ustedes, con su distinguida presencia, la condición de la esperanza quizá sea perdurar, seguir, sobrevivir el paso de tormentas y desventuras en la arenosa planicie de nuestros desiertos. Quizá nuestra condición y destino sea continuar como la permanencia del mar en las arenas; ser la espuma infinita en el esfuerzo perenne de alcanzar siempre nuevas orillas tocando riberas y expectantes horizontes.


Muchas Gracias.