viernes, julio 17, 2009

Arenas Blancas y la pluralidad estética


Rosely E. Quijano León

Diferentes voces se entrelazan para conformar el número 10 de la revista Arenas Blancas, de la Universidad Estatal de Nuevo México, que hoy, a través de su editor, Tomás Ramos Rodríguez nos llega a Yucatán.

En este número de la revista —que contiene cuentos, poemas, fragmentos de una novela y teatro, así como ensayos, crónica y reseñas— encontramos que el punto de unión, como se comenta en la página editorial, es una estética fragmentada, donde la intención es dejar atrás la rigurosidad tanto de forma como de contenido que suele caracterizar a las revistas literarias.

Y es que en este número se aprecia un interés por abordar esos temas, que de pronto catalogamos como “escabrosos”, “grotescos”, o que rompen con la idealización y estilización que muchas veces se pretende encontrar en una revista literaria.

Por el contrario, esos temas que pocos abordan y que son parte de nuestro mundo postmoderno se nos presentan desde una visión más actual y renovada. Es así como, por ejemplo, en el ensayo de Rafael Torriz titulado “Entre lo kitsch y lo naco. Aproximaciones a una estética masificada” se nos explica el origen de estos dos términos y cómo se han ido expandiendo hasta ir desplazando los cánones estilísticos.

Torriz en su ensayo se pregunta algo que muchas veces, como mexicanos, nos hemos cuestionado, pues en su ensayo nos dice: “¿De dónde proviene el gusto por lo estrafalario, lo dorado (…) la ropa de marca que suena y tiene tipografías parecidas al original (Mike por Nike) los televisores Rony, los vasos de graduación y quince años (…) las últimas cenas adornadas con escarcha, las figuras de la virgen de Guadalupe con coronas de foquitos navideños”, y situaciones como éstas, de las que alguna vez nos hemos hecho preguntas, ya sea porque algunas de estas cosas han caído en nuestras manos por alguna extraña razón o, si no queremos admitirlo, porque por lo menos tenemos un amigo o conocido que suele adquirirlas.

En fin, no es mi intención resumir el contenido de todos los trabajos que contiene la revista, y si lo hiciera se perdería definitivamente el verdadero sentido de una presentación editorial, que es el de invitarles y contagiarles el interés por leerla. Así que de manera más general quiero comentar que los cuentos son innovadores en cuanto a su temática y nos adentran en la cotidianeidad que cada día nos rodea y nos atrapa.

Los poemas incluidos en la revista tienen como característica su deseo de sublimar el transcurrir de la vida cotidiana, y destacan los pequeños indicadores que nos transportan a una concepción profunda del alma. Así, Oscar Hahn nos transporta a la materialización de los recuerdos, de los sentidos y a las cosas que guardamos a lo largo de nuestra existencia, que no aparecen de golpe, sino al contrario: se deslizan hasta concretarse en nuestro presente. Son las sensaciones que permanecen dormidas, ocultas, esperando para activarse, porque el pasado no desaparece, sino que duerme: “en el cosario yacen las cosas/ están inmóviles a la espera/ de que empiece el deslizamiento/ y cuando empiezan a deslizarse/ y se van cuesta abajo/ entreabren los párpados…”.

Manuel Tejada, en su Litografía del Aprendiz, nos lleva al mundo familiar, versos encadenados con lo impreciso del futuro, con la orfandad heredada, una vida que fluye nada más, que encuentra incentivos para agitarse, para sentir de nuevo el mundo con todas sus pasiones, donde “no habrá prudencia entre estas manos/ si sólo se trata de vivir”. Ambos poemas tienen estéticas diferentes, que fragmentan nuestra concepción del mundo y nos obligan a replantearnos y meditar sobre lo cotidiano y sus posibilidades para entender nuestro espíritu.

Los ensayos muestran diferentes enfoques de temas literarios tanto actuales como clásicos, es el caso del trabajo de Rodrigo Ordóñez titulado “La fragilidad como estética en la literatura y el cine gore”, donde nos adentra en este tipo de literatura y cine que muy pocos estamos acostumbrados a ver y leer y que refleja al fin y al cabo, pese a todas las escenas y descripciones grotescas y sangrientas que contiene, que su única intención es, como menciona Rodrigo, “crear una atmósfera que sofoca al lector con narraciones detalladas e imágenes violentas, para recordarnos que la inmortalidad está basada en el deseo de olvidar que la muerte acecha detrás de cada segundo”.

Por otro lado, nos encontramos ante la desmitificación en la llamada “Novela de la Revolución” de dos héroes históricos de nuestro país: Zapata y Villa en el ensayo de Oscar Ortega Arango titulado “Villa y Zapata: Sombras de su historia” en donde contextualiza a estos dos personajes para comprenderlos mejor. De igual forma, Iván Schulman logra con su ensayo titulado “La mirada martiana del Oriente frente a la globalización modernista” explicar que el término globalización no es algo nuevo y como el autor menciona “Martí lo percibió con clarividencia ejemplar”.

Es importante también mencionar el fragmento de la novela “Diario de las especies” de la escritora Claudia Apablaza, que nos muestra una propuesta muy original en su narración al presentarla en un formato muy innovador y ad hoc con la época, pues la historia la construye a través de un blog y los comentarios que sus visitantes le dejan.

Hay muchas otras cosas interesantes en la revista que como lectores irán descubriendo cuando realicen cada uno de ustedes la lectura de este número, pues el hecho de venir a la presentación de una revista es por el interés que se tiene hacia el contenido de la misma, y para poder cerrar el círculo que inicia con la intencionalidad de los escritores, editores, y demás gente que se involucra con la creación de una revista, definitivamente tiene que ejercerse la lectura de la misma.

Este número en particular engloba una especie de los dos espacios que conforman a su editor y que han sido su ir y venir en los últimos años: Nuevo México y Yucatán. El hecho de incluir diferentes voces de distintas partes del país y del extranjero hace que se refleje la pluralidad de visiones y percepciones, pero que a la vez, pese a la distancia, converjan en un punto y se enriquezcan.

Por lo general, las revistas literarias que surgen de una institución educativa suelen únicamente incluir a los miembros de la misma para difundir sus trabajos, pero este no es el caso de Arenas Blancas, que demuestra apertura para incluir trabajos de diferentes personas de diferentes lugares y formación académica y creo que ello le da el carácter de plural, porque el ser excluyentes nunca ha sido y nunca será el verdadero sentido de la literatura, y hoy en día menos que nunca, en que la literatura traspasa fronteras, idiomas, ideologías, culturas, políticas y muchas cosas más.

Y es significativo que una revista sea tan congruente con su título, su ideología, su idioma y su contenido y, en este caso, su lugar de origen, pues su intención es clara: no existen fronteras para la literatura ni para la difusión de la misma.

Para finalizar, quiero agradecerle a Tomás su invitación y mencionar que para los que tenemos la oportunidad de conocerlo desde hace algunos años nos es casi imposible no ver este trabajo en retrospectiva, desde que inició la revista “Andanzas y Tripulaciones”, ya que hoy observamos su evolución en esta difícil tarea de ser editor. Se le agradece el hecho de incluir trabajos de yucatecos en su revista, de no perder esa nostalgia por los recuerdos y los no tan viejos tiempos de universitario y por tener siempre presente que la literatura no debe ser un pretexto para pleitos, desacuerdos ni distanciamientos, sino todo lo contrario: un medio y un fin para crear y unificar.

(Texto leído para la presentación de la revista Arenas Blancas, en la Biblioteca Central Estatal “Manuel Cepeda Peraza” del ICY, el pasado martes 14 de julio).

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