miércoles, octubre 24, 2007

Poema de Francesca Gargallo

TU

Primero llegaron el dolor
y tu sonrisa: el atrio de cristal
donde oficiabas sin saberlo
un rito de leche y de luz.
El dolor yo lo creía
más que un estado
el nivel de cualquier estado
un modo de acceder a la afinidad
un acuerdo para abordar la caída del tiempo
y nuestra difícil confusión.
La alegría pudo bordar juegos de pirotecnia
entre los manjares delicados
que gustábamos.
Pero. ¿cómo abandonar el dolor
si para llegar a ti
era preciso excavar
y seguir la más ligera huella
hasta mí?
Descendí
para pedirte que bajaras conmigo.
No sé si comprendiste
tan necesitado de luz como te siento
que te pedía
penetrar la oscuridad
y recuperar la luz
sin ser como la nada que crece
en una llamarada de risas y espuma.
Y vino el ansia de entenderte.
Tu historia caminaba por las calles.
La memoria con toda su fuerza
era incapaz de extenderse hasta el presente
y yo enfrentaba al amigo
que buscó mirarme partir.
Yo como tú al otro costado del Atlántico
me perdí tal vez
donde el mar pierde importancia.

lunes, octubre 22, 2007

Nostalgia por Mérida

Extraño todo, si pudiera, volvería. ¿Pero, extrañar todo, no equivale a estar ahí todo el tiempo, con la ventaja de que nada cambia? El recuerdo está fuera el tiempo.

Juan García Ponce.