lunes, diciembre 05, 2005

Juan Bañuelos

ECLIPSE

Tendría que quedarme sordo todo el día
Para acallar mi corazón.
Qué camisa de hastío te adelgaza.
Qué trapo más mojado la mañana.
Que vaya conmigo el día buscando ciegos
O tartamudos de dicha. Eso es todo.
De dos en dos salen mis ojos y tocan la esperanza,
Con las manos repasan la espalda a la ternura.
¿Quién guarda lo que busco?
Yo emprendo las tareas del que tiene
Maduros labios para el grito.
Para quien llora al pie de la cama de su hijo,
Para el amante que amanece
Con hembra innumerable
En esta silla pongo mi cuerpo sin huesos,
En este vaso dejo mi sangre.
Voy a dormir, a descansar sólo un instante.
He de volver para cantar de nuevo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un hermosísimo poema; me han dado ganas de llorar, ese hombre lleva el corazón en la mano.