Ya sea Mérida o cualquier ciudad: la errancia es la misma. El frío se desploma por los contornos de la noche. Caminar sin rumbo fijo, como enfrente de la playa, mirando el mar. Cerca de ella, siempre en ella, Sargaza; errancia perenne que me arrastra.Sigo estando aquí.Aquí hoy.
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